Thursday, June 17, 2004

El Misterioso Mundo De Los Padres

Mi papá nunca me habla de su familia. Jamás he entendido muy bien por que soy un Copano. El apellido nace y termina en mi abuelo, mi tío y mi padre. Luego recae en mi, mis hermanos y mis primos. Somos como el genesis de una familia de cuento a medio escribir. Se supone que tendría que armar el puzzle, pero nunca me gustaron los archivos secretos X.

Tengo un compañero de curso que jamás ha visto a su papá y otro que tiene una foto muy hippie donde el suyo sale vestido de Sandro. Esos tres fenómenos parecen tristes, absurdos e inconexos frente a los ojos del lector común. Pero son los casos más raros que nunca se han cruzado en las vidas de Hernan, Miguel y yo. Tal vez nunca conoceremos las respuestas de esas preguntas tan presentes como ausentes. Nunca entenderemos la decadente soledad de ser papá hasta estar en sus zapatos. De ese premio de consuelo, al ser compañía y no tener algo en el vientre. De esa tortura silenciosa de ser una especie de juguete eterno de la familia. De ser el patriarca de un convencimiento de libro de que ese es el origen de todo. De mantener nuestros sueños incolumnes de ser cualquier cosa menos ellos.

Las mujeres tienen la ventaja de dar la vida, ser fuertes y fieras como de la nada. No tener pelos en todos lados como nosotros y de paso tener la integridad necesaria para negarnos en los tribunales (existenciales y palpables) saber acerca de ese ser nacido “del amor (o pasión animal bañada en whiskey) de un hombre y una mujer.” como rezan los libros de catequesis que se destiñen con el paso de los años. Nosotros, los machos, nos conformamos con dar la posibilidad de provocar (y colocar) el inicio para acompañar y luego tener como mas segura opción (en los tiempos modernos) quedar botados y borrachos de dolor y confusión en el camino de las relaciones estables. Asumiendo que nos quedamos solos y transformados en bestias abominables que repletas de miedo o coraje, dependiendo de nuestra decisión, elegimos decir si a la paternidad para no terminar en una estacion de servicio desierto en Arizona. O decir no para seguir jugando como niños con nuestra inmadurez absoluta tratando de alargar la fiesta hasta que todos nuestros amigos hayan vuelto a sus casas. Confirmando de que la infancia se repite toda la vida y que en nuestros ternos se esconde la ilusión de la chaqueta de colegio y los zapatos con betún. Para mucha gente con pene, hacer el amor no es muy distinto del catalogo de HomeCenter o del manual de armado de un avion a escala.

Ese es el valor de ser padre y quien se precie de ello lo sabe bien: debe mantener familias, comprar alimentos, regalos y sueños, teclear durante horas en un cubiculo egoísta con un monton de desconocidos que le harán la vida imposible en el mejor de los casos, y aun asi pueden ser desechados, descartados o ignorados por sus hembras que los reemplazan, en cualquier segundo con un ejemplar mas sano, mas fuerte, mas listo y menos cansado. Aquella lista comprende desde al homosexual reprimido del instructor de aerobics hasta el verdulero con look camionero que le sonrie a la casera con los dientes amarillos.

Aferrados a ese pacto silencioso, los progenitores colocan su esperma y entregan al vientre nuevos hijos para acompañar a sus hermanos solitarios, que a su vez quieren matarlos con los años y ser libres. Terminar de ser los niños para pasar a ser padres de si mismos y así, continuar la cadena, en medio de las peleas, los silenciosos, los arrebatos y las mutuas decepciones. Quebrando los puentes de la admiración y el recelo mutuo. En ese instante el hijo desprecia al padre que ve dos horas al día y el padre piensa que el hijo va rumbo al fracaso, deseandolo verlo de nuevo en el jardín infantil para llegar a abrazarlo y besarlo por sus caritas contentas y no dejar de saludarlo por sus manchones rojos en la libreta de notas.

Nunca los hijos sabemos los amores paternos. En realidad es dudoso comprobar si realmente sienten: mejor nos quedamos con la idea de que papá y mamá estuvieron siempre juntos desde el inicio de la vida, para no arruinarnos el día y no sentir asco de paso. Papá siempre al vernos llorar nos dejará un poco solo: "no sea que no estemos poniendo maricones", gritan con ese progresismo que los caracteriza. Ese miedo mas grande que sus peores miedos. Nunca necesitaron de un sicologo, ni de ritalin, ni de nada. Se dieron los golpes en un tiempo donde el golpe limitaba las noches y la disciplina impuesta a culetazos ordenó el mundo y lo tiño de sangre. Por eso, cuando llegan a casa nos preguntan “como estas?” para arrancar rapido del lugar y llamar a nuestra madre, que cuidará de nosotros y relegará a esas “sucias” (que serán dueñas de un vientre y un marido, algún día, tal como ella) a otras partes. Cuidando de nuestras pesadillas. Mientras ellos cuentan los minutos para que dejemos de ser tan inmaduros como su pasado y no nos preocupemos mas de las mujeres. Para eso esta el Kike, que se dedica a mostrarles, las que nunca van a tener al lado.

En ese instante el padre, preparado para dormir, devela el mas extraño de los misterios: su ida al baño nocturna, la mala costumbre de no tirar la cadena o lanzar los papeles a la taza, su locura por que apaguemos el teléfono cuando estamos conversando. O su obsesión por levantarlo mientras charlamos sobre lo clave que es tener ese disco de Pink Floyd para salvar el universo. Su desagrado al vernos chatear y tener que saludar una espalda o hablar tan poco como el sobre su vida, su trabajo, sus carpetas, conclusiones, su día. Su largo y extraño día donde nunca sabemos que hace, que dice o que piensa. Si trafica armas para mantenernos. Si mata animales, su reza, si llora, si rie. Si esta interpretando un personaje adentro o afuera. Si es humano. Si nos quiere o se siente condenado a nosotros. Si es el realmente.

En ese momento llego a la conclusión de que mi padre no es el mejor del mundo y me alegro por eso. Por lo menos a este si lo veo y si no esta molesto, lo abrazo como si fueramos dos boxeadores, entregándole un beso en su rasposa mejilla, sin nada que contarle mas que el hecho de saber que voy a cometer los mismos errores y de seguro no voy a lograr ninguno de sus aciertos. Que jamás voy a tener un promedio 6.8 como a el tanto le gustaría para que tuviera un futuro como la gente. Como el si lo tuvo. Que a veces, me siento pésimo sabiendo que le decepcionan mis incapacidad y no se si sea mas humano para darse cuenta que solo quiero ser un poquito mas feliz que ahora. Aunque sea a través de estupideces como quedarme escribiendo hasta una hora donde tendría que dormir para levantarme temprano y no pasar frio y sueño en la mañana. Como el tanto lo desea para que me sienta bien en este mundo de mierda que nos tiene postrados en estas batallas absurdas. Me gustaría que mi papá fuera mi mejor amigo y que no se le olvidara que alguna vez lo dijo. Que dejara el misterio de lado por un momento y me dijera cuanto me quiere, para entregarme un consejo y dejar de preocuparse por mañana. Por los servicios militares. Por las universidades. Por esas cosas que se pueden quemar en una tarde. Que se acaban y que empiezan. Que etiquen y desunen. Que reinventan. Que dañan y que mienten.

En ese instante quizás todo cambiaría y yo dejaría de botar lagrimas frente al computador y sumar un aliado en el peor momento de la vida de todo ser humano: la adolescencia. Y así poder guardar el llanto para un momento en que realmente valga la pena, como me dijo una mañana y no pensar que es alguien que aparece cuando todo esta bien, como esos malos amigos que uno se lamenta de tener. Para anular esa sensación de tener que dejarlo de lado para cumplir con el estupido y rutinario ciclo de la vida, levantandome a las 7 para ir a la oficina.

Sunday, May 30, 2004

Motel Niagara

Acabo de recoger la basura de la sala y no me puedo sacar de encima el saber que mi ex novia pasó una noche en el Motel Niagara.
Me lo contó una tarde cualquiera en un lugar que ni recuerdo. Lo había hecho con un tipo de 30. Tomaron desayuno juntos y estoy seguro que abrazados y desnudos miraron el Cartoon Network. Desde ese día cada vez que me hablan de sexo con tono de bar, me da algo de miedo, repulsión y pena, en especial cuando se cuentan historias de motel, que podrían pasar como parte de una Sitcom en el Niagara. Como esos cuentos que pasan en Canal 7. Como “gracias del chileno medio” que recien pagado, toma el auto, busca a su novia, comen, cogen y vuelven a casa sin ni un “te amo” de por medio. El desamparo tiene la forma del Motel Niagara, que observado desde el colectivo que conduce al metro se empina blanco en las afueras y caro en el subconsciente. Toda La Florida se parece al Motel Niagara: los colegios, la municipalidad y el shopping: colores pastel que encubren un desierto humano acompañado de un monton de reprimidos que esconden sus peores perversiones. Al final, hasta los supermercados son mas honestos que las personas que transitan por estas calles, sin pensar mas que en el DVD y la cuenta del telefono. Los libros son caros, pero no la diversión.
Por eso las sensaciones encontradas respecto al sexo y los sentimientos: Tipos con dinero que se acuestan en comunas pobres y parejas en mediaguas que no se pueden besar. Hasta acostarse tiene un contexto distinto según donde vistas, donde vivas o que musica escuches.
Santiago no esta hecho para hacer el amor. Estoy seguro que Paris tampoco. Gracias a eso, tal vez, estoy aquí parado. El metodo de Billing falla y las personas tambien. El destino quizo que mi ex pasara una noche en ese lugar sin mi, antes de conocerme, y no es su culpa, ni tampoco mia, ni menos del hijo de puta con que estaba en ese minuto. Tal vez el consuelo vendría si existiera un Dicom de parejas: tendriamos un buen prontuario para asumir los celos. Nunca sabes cual será la próxima boca que besarás ni a quien tendras en tus brazos la próxima semana. Por eso, la jornada en que mi madre me contó que visitaba moteles con mi padre se terminó mi infancia.
Desde ese día, en mi puta y triste vida, todos somos humanos.

Oración Para Amantes Abandonados

El llanto se detuvo y te encontraste tranquilo. Muere el arbol quemado. Las ilusiones se apagan. Cambian de ficha los jugadores. Es de noche otra vez y tus padres no te hablan, no hay sol en esta esquina del plaeta. Es momento de tomar una decisión. Llego la hora de construir desde la zona cero del corazón.
Detente un segundo. Quiebra las reglas. Tu casa es de cemento y nos obligan a creer que estamos seguros. Camina por la calle, organiza una revolución, asalta un banco, juega a la pelota en clases. Corre, se libre, deja tu corbata, abandona a tu familia, termina con la conexión infinita, deja tus tareas, no escribas mas. Vuela desde el balcón, despedazate en el suelo. Acaba con la mentira. Termina con el dolor. Sanate, vuela, despegate, nace, sufre. Eres libre, el mundo es tuyo. Por que para eso te hicimos, para curarte de las heridas. Toma un lápiz, sigue escribiendo, sigue inventando, va a haber una respuesta, la va a haber. Sigue creyendo. Dios te ama. No ama a tus compañeros, son muy aburridos. A Dios le encanta la vida. A Dios le encanta cantar y quien canta, su mal espanta. No te pueden detener, ni siquiera una mujer. Ella no te dejo, solo desea salir de ti, por que eres único y no eres débil. Si no, estaría a tu lado. ¿Pendejo? ¿Quién es el pendejo? Solo eres, tu, cree, sálvate, vibra, rie, sueña. Que no te hagan daño, se mas fuerte.
Te vas a salvar.
Cree en tu subconsciente.
No pienses nada.
¿No ves? Ya todo esta mejor. Ella fue un lindo sueño. Quédate con ese sabor.
Vas a morir en cualquier momento y lo sabes. Tienes un cáncer que nadie puede descubrir. Pero tus aliados te darán el jarabe. Ella volverá a mirarte y morirás de nuevo. Todo parte de cero. Todo te hace feliz. Por que estas vivo, por que respiras, por que hay mujeres de ojos preciosos, por que hay tipos inteligentes para conversar en un bar. Por que existe la cerveza sin alcohol y dormir es tan rico y cómodo…Vuelve la esperanza. Se aleja el dolor.
Vuelvo a nacer de nuevo. Tengo un monitor en el corazón que registra cada uno de mis latidos. Que se escapa de mi realidad. Que decodifica el porvenir.
Me prendieron fuego un Domingo y resucite al día siguiente. La estrella ilumino el parque. Me palpe las mejillas y me di cuenta de la verdad tras el espejo: Estaba vivo. Orando de nuevo.


Todo Es Tan Perfecto

Había acabado la lluvía. El sol iluminaba nuestros rostros y tu caminabas, Violeta de mi vida, a un costado.
El mundo era precioso, los pájaros volaban sobre nosotros y nuestra adolescencia había pasado. Ya no nos sentiamos tan solos. En esa pradera verde, senti tus pequeños bracitos abrazandome. Un perro comenzó a cantar con sus ladridos, llegamos a una plaza con niños jugando, el día se colocaba naranja y estabamos tan cerca uno de otros que los latidos de nuestros corazones se escuchaban.
En ese instante me sentía tan inocente que empezé a jugar con barro, pero no me ensucie. Me tomaste del brazo y me entregaste un beso. Si la felicidad existe, es a tu lado. Era necesario distinguir el ser del estar. Por que en ese momento no existíamos ahí, solo eramos parte de ese todo. Tu saliva era dulce y mi cuerpo se había transformado en algo liquido.
- Nunca te vayas de aquí. Pase lo que pase. Nunca te vayas de aquí – Te dije al oido.
Te quedaste callada. El cielo se abrio. Mi vida se transformo en tu banda de sonido al tararearte una canción de los Beatles. En ese instante descubrí que no quería hacerlo, pero debía cumplirlo. Tal vez para que todo saliera mejor. Para que ese mundo perfecto se siguiera sosteniendo.
Pero no todo es perfecto, el miedo nos rodeo.
Se aparecieron nuestros enemigos.
La tierra se disperso.
Cuatro meses después visite tu casa. Tu madre no me miraba y tu padre al verme me lanzó un puñetazo. Caí al suelo y escupí sangre. Me dejaron ingresar a tu hogar, estaba todo el lugar en llamas.
Sentí una alarma a lo lejos y ví a los 7 enanos cayendo por una escalera. Rompí con mis dientes de conejo la puerta de tu habitación y te ví jugando con un peluche que te había regalado tu ex novio. Yo no quise seguir observando esa escena. El pánico me gano.
En ese instante una sucia niebla amarilla se entremezclo con tinta en mis dedos. Al derribarme en el suelo cerré los ojos. Sentí como desarmaban todo. Escuche las instrucciones del director y al despertar nueve días mas tarde solo encontre el guión de la serie a mi lado.
En ese instante decidí dejar las drogas.

Lucha Contra Las Causas Perdidas

Nunca te vine con mentiras. De esas que hieren, no las de juego. Que a veces decepcionan, pero buscan corregir esos errores que me hacen aun mas débil, aun mas solo, aun mas triste y que están llenas de buena intención. Ese tipo de intención que ya no siento. En la que desconfió. Por que la gente de buenas intenciones termina siempre viciada por la mierda de mundo en que nos movemos.

Hoy, pensé que lo mejor era pensar en ti, en tus tiempos, en que algo de cariño sientes y que no me querías botar. Pasaron las horas y me botaste. Te gano la calentura. La besaste frente a mi y todo lo que habías descubierto conmigo se borro. Nacieron de nuevo tus secretos. Dijiste algo, prometiste un asunto, pensaste, pero lo revertiste. ¿No se te cruza en la cabeza que me haces llorar? ¿Qué si busco en ti felicidad al final encuentro tristeza? ¿Qué tus ambigüedades me matan? ¿Por qué te quedaste conmigo si seguías siendo tu?
Yo No creo en el sexo, no creo ni en el placer, no creo tampoco en el dolor. No se si seguir creyendo en el amor. Pero Celeste, yo no uso a nadie. Menos con la Blondie de fondo. Yo no te mentiría, ni tampoco destrozaría. Tu si lo has hecho y de el peor de los modos, por que jugaste conmigo, por que te entregue mi vida, mi pasión, mis fantasías, mi dolor, mi amargura, mis sueños. Me invente un mundo contigo donde habían códigos, color y amor. Mucho amor, y ahora todo se me viene encima. Por que al final descubro de que la gente se daña, y de querer nada se saca. Solo minutos en los que se llora, sufre, y sangra. Como yo sangro, como me muerdo los dientes, como me quiero matar. Por que yo no aguanto tanto dolor gratuito. Tantas horas dedicadas a ti, en donde las promesas se cumplían y ahora no sirven de nada. Yo no voy a aprovechar el 2x1.

Ya no se si sentir celos de los cientos de tipos que te buscan, o de las vaginas que te seducen. Solo siento rabia, rabia por que fui decente. Rabia por que busque perdonar tu esquizofrenia y me encontré con mas violencia, con mas duelos, con mas miedos. Yo no confiare nunca mas, no puedo hacerlo. Me dañaste. Me cagaste la vida.. Por que yo te amo. Que es lo que mas me duele. Te sigo amando. Y desconsoladamente, como un niño no se que hacer, a quien recurrir. No me basta el “eres el hombre que amo”. Si es a una mujer a la que buscas.

No me cuidaste. Yo si te protegi. Yo cumpli en cada salida mi parte. No soy el hombre mas perfecto del mundo, pero tampoco soy lo peor. Y por eso merezco respeto. Y tu me humillaste, me tomaste y moviste. Soy persona, me confundo como tu, me hieren como a ti. A ti de seguro no te hubiera gustado a mi edad, cuando tu sufriste tanto, te hubieran hecho algo asi. Tu me mentiste. Yo te intente perdonar con mi alma, llorando, sufriendo y tu haces algo peor, algo aun mas feo, por que sabes lo que sucede en mi y me lo dices, sádicamente, como si hiciera bien. Estoy seguro que solo juegas a ser lesbiana. Es el nuevo estilo de baile. Pero mis paredes, la sangre de mis manos, el llanto de mi hermano y la soledad no van a hacer en vano. No son el track del demo de tu banda.

No seas mala Celeste, lo peor es ser mala persona. Tu no eres así, bien adentro, se que no. No lo entiendo. Te juro que no lo entiendo. No se que piensas. Pero no hace bien.

Despues de todo, yo siempre peleo contra tu causa perdida. Y no se bien que hacer.

Nunca Más En Salamanca

I

Cuando tienes 17 y te das cuenta de que el Viejo Pascuero no existe no es tan importante irse a pasar la pascua a Salamanca. Eso pensaba Bastian a sus 17 años, con su cabello negro, sonrisa caballuna, tez blanca y look perno. Camisas cuadrillé, libros neonazis y cara de nada. Ese era su estilo de vida: jamás una foto por messenger, nunca una salida nocturna, ni pensar en ir a una fiesta y encontrarse con esos huecos que lo atormentaban cada recreo, cada segundo, cada instante en el colegio.
Por eso el viaje con sus hermanos y sus padres había tomado cierto saborcillo suicida. Nada mas desagradable que las comidas familiares con esos tíos con sudor a pisco, los pendejos hiperkineticos de tus primos y esas gordas teñidas de reflexiones “Readest Digest” que se hacían llamar tías. Pero eso tenia su encanto: si querían matarlo, tenían que hacerlo luego, y esto era parte de la tortura de vivir. En ese acto de asistir totalmente entregado al martirio, gritaba un motivo mas para que Dios se apiadase y decidiera matarlo víctima de un disparo camino a comprar bebida. Total, Maipu siempre aparece en las noticias. El solo sería una breve en un diario como parte de la “violencia callejera”, que se volvería parte de un milagro interno y silencioso. Radicalmente inexplicable. La vida realmente no tiene sentido cuando no tienes peinado.

-La vida esta reservada para los ganadores - Pensaba deprimido en silencio junto a la foto de Kurt Cobain pegada en su pieza, solo iluminado por la luz azulosa del noticiero matinal y las primeras luces del día

Diciembre 23. Salieron de casa a las nueve de la mañana. El camino sería algo largo y la banda sonora de Mazapan, colocada en la radio del auto sería su karma personal. Pero Bastian se lo tomo con calma: el escenario de seguro le regalaría una historia. Los paisajes no te exigen que les cuentes tus depresiones, tu soledad, tu virginidad labial. Solo relatan cosas, como los viñedos infinitos o los peajes solitarios. El sol es verde y esta lleno de campos amarillos.

-Estas confundido por que te quieres olvidar del mundo. Y por que el mundo se olvido de ti. - Se dijo en voz baja mientras observaba como se iban las líneas por la carretera.

Mamá se ve como siempre, con su pelo liso y desordenado. Con sus traumas de taller espiritual y ojos tristes. Papá maneja el auto y de vez en cuando tiene ganas de decir algo, pero no hay mucho tema: solo anécdotas de su trabajo de cajero en Servipag, chistes de los colegas, niños que lloran en la fila. Una vida emocionante.
Su hermano de 13 mira por la ventana y tiene ganas de fumar. Pero no puede: mamí esta cerca y si sabe te mata. Nada mejor que jugar Tetris, en vez de amargarse como el huevon de tu hermano, que es tan patético, tan imbécil, que le sonríe a las vacas, que jamás ha atinado con ni una sola mina.

-Es mas ahueonao el profe de religión, lo deberían hechar, si no me sirve de na´ esa huea, me cagó el viejo culiao-
-Uuy, que estas grosero Andres, no quiero groserías en la casa de tu abuelita ¿me escuchaste? ¿me escuchaste?
-Si, ooh, si no voy a decir na´-

Sacan el Cassette infernal, la pequeña se duerme. El universo es gigante y ellos son solo 5 puntos que viajan en una lata. Ya van cinco horas de viaje entre las microsiestas, silencios rotos por suspiros, diálogos sobre la nada y La Tercera manoseada una y otra vez. ¿Alguna historia? ¿algo digno que contar?. Nada, solo falta poco para llegar y en las radios regionales solo mandan saludos de navidad entremezclados con comerciales de bazares. No se han detenido. No se han conversado. No se han mirado a la cara mas de 6 segundos. Y no lo van a hacer, por que sería entregarse ese amor que se promete en las reuniones de apoderados de colegios de curas y eso desestabilizaría todo el sistema familiar, por que se odian tanto que viven juntos, se quieren y se dan abrazos de vez en cuando. Y saben que lo que se promete es imposible. Por que saben que son una mierda, pero una mierda decente. No como esos vecinos que tienen hijos que matan gatos, elevan volantines y juegan descalzos en el pasaje. Esos rotos que jamás jugaron con los niños y que nunca van a recibir la educación (y la sobreprotección) sobre que los Lillo Martinez les brindaron a sus hijos. Esos que se sienten anormales por que sus viejos aun no se separan como los de sus amigos.

-No quiero que vuelvas a meterte con ese niñito -
-.... - Andres apretó los dientes miro por la ventana el Servicentro y no respondió. Solo levanto el dedo en silencio.

De pronto doblaron y entraron entre los cerros. Valles con arboles semisecos y la leve idea de que el mar estaba cerca los acompañaron. Bastían tarareaba un tema de Pearl Jam, la niña gritaba en los brazos de mamá pidiendo Coca-Cola y Andres le preguntaba a su viejo cuanto faltaba.
Cables de alta tensión, polvo por doquier y una pequeña plaza recibieron al auto. Pueblo: olor a madera, chicos vestidos con harapos, viejos que caminan a la nada con sombreros de paja, taca-taca vacío que espera a la “taquilla” del lugar. Y la botillería Lillo, que se veía a lo lejos con su cartel amarillo verde, los afiches de minas semi en pelotas y la vieja morena, de pelo tomado y rostro ajado que mirando un calendario viejo espera a sus clientes de siempre. Y a sus invitados de navidad.

-Mis niñitos, que están grandes - Dijo la viuda al observar el auto.

De pronto aparecieron todos: primos, primas, tíos, vecinos y abuela. Todos saludandose, todos besuqueándose y diciéndose “¿como has estado?” “uuuy que linda esta la Rocío” “quedense harto ya...” “¿como esta mi compadre?” repitiendo una y otra vez las mismas frases. Daban las seis de la tarde y los paquetes se aplastaban en la maleta del auto. Era hora de sacar a los pequeños. Nadie quiere acabar con la ilusión de Santa Claus.

Bastian ingreso por la puerta de la botillería con las maletas camino a la pieza destinada especialmente para su estadía. Los niños se fueron a jugar y a conversar. Lo único que le llamo la atención en el cuadro desolador de los familiares fue el pálido rostro de su prima Antonia que observaba desde la ventana el encuentro. En aquel instante la imagen lo inquieto: ya no se veía tan huasa, tan Carmela, tan fome. Tampoco estaba hecha Shirley Manson, fantasia de los chicos del colegio que estaban colgados al cable y que se conectan a internet en la noche cuando la tarifa es mas barata. Solo había perdido ese halo de inocencia que la rodeaba. O por lo menos eso parecía. Era cosa de cruzarla en el pasillo de la casa y aclarar el misterio. Escucho la voz del Rafa Araneda y abrió una puerta. La encontró tirada en la cama y le movio las cejas

-Hola tu- Se levantó cuatro segundos, sonrío dos y en uno volvió a su lecho
-Hola, tantos años-
-Si po, nunca vienen-
-no habíamos tenido tiempo, y que estas haciendo?-
-viendo tele, ¿hay visto a mi mamí?-
-¿a la abueli? Esta conversando con mi viejo- dijo Bastían, como interesado
-¿que vai a hacer mas tarde?-
-no se, no hay nada que hacer-
-no pos, no hay nada que hacer-

Salio de la pieza y creyó ver todo en llamas, pero solo fue una ilusión de esas provocadas por el aburrimiento. Miro su reloj y calculó lanzado en un sofa viejo cuanto se demoraba es hacer estallar pequeñas burbujas de saliva. Perdia el tiempo. Estaba esperando nada. Decidio ir a sentarse a atender en la botillería a observar si alguna historia pasaba frente a sus ojos.
Se sentó frente a un afiche de cerveza gigante que colgaba mostrando curvas y carne. La chica en la foto era alta, de buenas tetas y de seguro le gustaba, pero no se lo permitía: sus textos de cabecera (comprados en un local de un viejo amigable en el Persa Bio-Bio) hablaban de razas inferiores y superiores, pero al mirarse al espejo, algo deprimido olvidaba los dogmas, por que sabia que esas frases tambien lo condenaban a una cámara de gas. A cientos de kilometros de un computador para conectarse a la comunidad que le otorgaba "enseñanzas" esperando un nuevo reich se permitio el gusto de disfrutar la imagen y calentarse un rato. Se sentía algo miserable, pero no importaba, por que todos sus actos le hacian sentir igual.
Miraba un refrigerador verde, las botellas de whiskey caro que hacian equilibrio en un estante, los dulces y las papas fritas, la tele portatil y el meson rojo, cuando de pronto un viejo semiborracho, de bigotes canosos y mejillas regordetas lo saludo, dejandolo paralizado, sin respirar, con algo de miedo y desidia por encontrarse lidiando con seres de tal aspecto

- Guenas..aafmm...eeh...¿la señora Victoria?-
- Espereme un po... - respondio Bastían cuando su abuela ingresó

El Chano era como esas leyendas de pueblo, alcoholico y abandonado por sus hijos se gano el cariño de la gente que no le conoce el prontuario, pero sabe que terminó así por algo raro. Por eso era poco menos un emblema. Caminando en las calles solo, la gente lo protegía y le permitía sus sandeces, como orinar en los patios o alojarse en la puerta de la iglesia. Roto, viejo, sucio, pero inofensivo por los años. El Chano no era un peligro, era un estandarte regional. Y nadie sabía por que.

- Chano, ¿como le va? - Le dijo la viuda
- Aqui pues, oiga, le vengo a devolver los 300 pesos, las cuentas claras conservan la amistad-
- Era hora, era hora, oiga y ¿donde va a pasar las pascuas? -
- No se señora, esas cosas no se me pasan en la cabeza -

Ya daban las 8 de la noche y todos avanzaban por la casa como zombies. Decidieron ir en grupo a tomar aire a la plaza, pero era tan chica que no tenia gracia. Los mas pequeños fueron a los juegos, que siempre eran los mismos y que generalmente se tragaban las fichas. Pero como ya era costumbre, se volvía parte del encanto. Bastían no fue con la familia. Se quedo con la abuela mirando un programa familiar en el 13.

- Uuuy mira ese hombre por Dios - Pronuncio la veterana Victoria al ver una escena del archivo de Video Loco
- No se abueli, pero no es pa tanto, si usted tuviera cable.. -
- Aah, no, en esa cuestion dan puras peliculas pornográficas-
- No abuelita, tampoco es pa tanto - Bastían se quedo en silencio resignado frente a la edad. No había nada que discutir y si hacía era solo para aplacar el silencio que se había tomado ese hogar avejentado y latero que lo tenía condenado a ver las luces de una pantalla que emitía la sonrisa de Javiera Contador.
De pronto salio al patio trasero seducido por el olor a helado descompuesto en el freezer. Lo rodeaba un parron de uvas y el sonido de un asado en una casa cercana. Miro hacia la casa y quizo entrar, pero no pudo. Pensó en Santiago, pensó en sus 17 años hechos nada. En su familia que se divertía con la simpleza de una plaza llena de gente. Se inmagino como sería estar dentro de la comisaría del pueblo. Entro al hogar y se lanzó sobre una cama llena de ropa sin planchar. En aquel instante, Bastían se quedo dormido mordisqueando una polera vieja. El día había terminado sin nada nuevo que contar.

II

Antonia entró por la puerta y no saludo a nadie mientras los Inquilinos Express tomaban desayuno. Las luces del arbol estaban prendidas a plena luz de la mañana y a Bastían se le hacia potencialmente molesta la imagen. Quiso terminar con eso, sacar violentamente el cable, pero el animo simplemente no le dio. Al terminar un café con leche (que inexplicablemente estaba caliente, como nunca antes se lo habían servido en Santiago a esas horas) se levantó y al no tener nada que hacer se sintío vacío. La tele prendida de fondo podía ser la protagonista de la peor de las pesadillas.

- Hay que decirle a todos los niños que esta noche no se apenen si el viejito pascuero no les trae regalos, por que tal vez se le olvidaron y la próxima navidad se va a acordar ¿cierto Patito? -

III

A las siete de la tarde en el día de Noche Buena es un poco complicado hacer un resumen de las horas. Es como año nuevo: la noche se transforma en una especie de jornada iluminada por la ansiedad y la comida, por las conversaciones sobre los temas conversados mil veces, por el sabor del pavo inyectado con Whiskey de tercera. Todo eso se preparaba en el hogar de la Señora Alvarado, viuda de Lillo y abuela de 15 nietos. Entre ellos el Neonazi de Bastían y la depresiva de la Antonia. Que se habían acompañado toda la tarde esperando nada.
Bastían nunca había dado un beso. Esta vez tampoco sería la primera como muchos hubieran pensado si comenzaba con esa frase el parrafo. No, por favor. La Antonia se había colocado puta. Pero su abuelita (que hacía de madre) ni lo sospechaba. Esa carita inocente había cambiado de aire por noches en el galpon del colegio tirando con un millar de tipos que se peleaban por manosearla.

- Huasos calientes - pensó Bastian al escuchar los relatos de su prima. Mientras miraba a su alrededor y se daba cuenta que él, no tenia nada que contar.

En un instante todos comenzaron a salir del baño. La abuela tenia aroma a perfume barato y el pelo mojado se entremezclaba con el sudor vaporiento del baño. La casa tomaba un color anaranjado y los hombres estaban sentados en la mesa. El padre de Bastían vestía en un traje de cuero negro y su pelo sobre los hombres, le daba un aire trivial a su trabajo en esa caja gris donde cobrabra cuentas. Todo era familiar, pero café. Era como un capitulo viejo de Los Venegas. En la mesa Vino Gato Negro en caja, al lado de las Papas mayo.. Nadie quería decir muchas cosas, pero se hablaba demasiado.
Bastían sintio que algo se iba a cortar. Las fichas del juego de su vida se habian acabado, ¿matarse la noche de navidad? ¿para que?. Tampoco tenia mucho sentido eliminarse, era ir camino al olvido. A ser recordado por nadie. A un funeral con un cura semienojado por su cobardía y a sus familiares llorandolo de por vida. La soledad es así.
Cerrada la botillería, la abuela miro un retrato del hombre que la volvio viuda. Se llamaba Manuel y habia sido sargento en el ejercito. Algo tenia en el rostro que le recordo a su nieta. Tal vez serian los ojos perdidos, el semblante apagado y un tono de voz medianamente soportable. Fue y se sento a la mesa, comenzo a comer lentamente.
En aquel instante e inesperadamente sonó la puerta de casa. Alguien tocaba fuertemente, como necesitando algo. El destino se hizo el sordo por algunos momentos, hasta que tuvo que asumir lo que pasaba. Tras la puerta un desastrado personaje golpeaba la puerta. Era la noche de Navidad. Nadie queria perder la intimidad virtual que habia logrado esa jornada en los corazones de los Lillo. Cuando todos se vieron sentados, como en una mesa de Te Club, se miraron a los ojos y decidieron, como si antes todo estuviera plantificado, que Bastian fuera a la puerta.

- Mijito, estan tocando, ¿puede ir a ver? – Le dijo la abuela.
- Hace frio, colocate parka – Le asevero su madre
- ¿Te acompaño? – Pregunto su prima
- ¿Tienes miedo? – le dijo su hermano
- Anda hijo, hazle caso a tu abuela – Le reprocho su padre
- Si quieren voy yo – dijo un tio
- ¿El viejito? – Menciono la pequeña Rocio
- No hagan nada – Pronuncio Bastian.

Caminó por el pasillo al salir de la cocina comedor. Cada uno de sus pasos fue marcado por las risas de fondo. No se dio cuenta como estaba alargando su destino. El retrato de su abuelo, colocado sobre un mueble cafesoso le hacia ver mejor las cosas. Ahora, en medio de la noche de navidad iba a abrir la puerta a algo que no conocia. Se habia inventado una película de terror. No sentia nada, y sabia que tras el portico no se encontraba Santa Claus, a pesar de que creia verlo en el horizonte de la niñez. Sus labios tarareaban canciones que no recordaban de que eran, el naranjo de la casa, se transformo en un color azulado que le recordaba la imagen de su padre en calzoncillos, mirando televisión con una cerveza en mano. Sonriendole al Kike Morande. Recordó esa vez cuando la Antonia fue a casa en vacaciones de invierno y vio a su padre corretiendola, mientras su madre dormia, y el, encerrado en un closet, lloraba de miedo, por ella, por su papá, por su familia, por las confianzas quebrantadas, las perversiones oscuras, la perfección acabada en medio de la pesadilla. Buscando el amanecer, entre los zapatos llenos de arañas, mirando la correa que buscaba el traste de su prima. Observando a esos seres reprimidos, que con la pantalla iluminada hacían realidad sus peores pesadillas, sus deseos de morir, de acabar con el circuito, de terminar con el cuento de Hadas. Deseo esa noche, por primera vez en su vida, que la bomba atómica, que tanto temía a veces al leer los relatos de la segunda guerra mundial, donde Hitler y sus camaradas imponían el proyecto en el cual tenia fe, cayera y los transformara en polvo.
Se sentia un poco enfermo al ver el color del lugar, el recuerdo se le hizo mas presente, como un nuevo renacer. Llego hasta la puerta. Que casi se iba abajo.
Al tocar la manija, el calor se esparció en su cuerpo, contagiándose de sus viejos miedos. Al abrir se encontró con la imagen patética del anciano adicto a la bebida con el que se había topado en la botillería de su abuela. Lo miro a los ojos, lo encontró un poco mas sucio, un poco mas triste, pero a su vez, mas agresivo. Con intenciones en la cara, que su adolescencia no podia descubrir.

- ¿Tiene un pedazo de pan? – Le dijo el Chano, patéticamente, como si estuviera lamentandose de algo.
- Vamos a ver…acompañeme -

En ese instante caminaron juntos por el pasillo y sintio en el aire el hedor a alcohol del viejo. Cuando de pronto la respiración profunda de este se detuvo, toda la cinta, toda la imagen, se detuvo en el aire. El mueble estaba contra el y el cuerpo del vejete. Las luces halogenas cercanas a la cocina tiñeron todo de un color posta central. Su cuerpo comenzo a temblar.
Quiso gritar pero no pudo. Quiso llorar, pero no pudo. Era una trampa, la peor de las trampas. Era vejar por vejar. Era el miedo, el dolor, la espalda, el torax comprimido, la dignidad, la humillación, la soledad, la mentira, la debilidad. Eran todas esas charlas sobre Bukowski en el cuerpo, todos los cuentos prohibidos, era el final. Se apagaba la existencia en medio del destino. Renunciaba a la vida, se encausaba en el trauma, todo un viaje para terminar acabado.
Forcejeando la fuerza Sintió como la bestia bajaba su bragueta. Miro en el reflejo del cuadro de su abuelo sus ojos tristes y la horrible sonrisa del Chano. Un pequeño temblor en el cuerpo. La mente en blanco. El lamento silencioso. El dolor, el escape, la luz.
Bastian solo tenia una cosa al interior de su mente: Nunca mas en Salamanca. Nunca mas es navidad. Su vida se habia desmantelado para siempre.

LocaEmociónColectiva

Macul con Americo Vespucio. 18:35. Con traje de pinguino, rostro mal afeitado y un acne de quinceañero me apresuraba a tomar la micro camino al Dentista como todas las tardes de Lunes de ese año. Era Septiembre y cansado de aprender algo que ya se me olvido pague el pasaje y me senté solo atrás, cerca de la ventana observando las modestas casas, las sucias calles llenas de vidrios rotos, tierra y papeles picados que se transformaban en Cines, Megamercados y casas de dos pisos, desde las cuales se empezaban a prender las primeras luces.
No se de donde saliste, tampoco adonde te detendrías, pero tu carita francesa, de venas transparentes en tu frente de aspecto gélido me provocaron los minutos mas desesperantes de mi vida. Usabas lentes, quizás. Ya no recuerdo si tu pelo era largo o corto. Tu cuerpo era hermoso. Estoy seguro que tus labios eran pequeños. Pero no se si me olvide de tu rostro o te transforme en otra cosa. En algo mas bello, mas complejo. En una sensación que jamás olvidaré. Por que fuiste el mas puro de mis amores, por que eres mi creación, por que te conocí y jamás me viste en ese bus con luces violetas como disco comunal.
Enamorarse en una lata amarilla es un deporte, una pasión honesta, un cariño donde no se mata. Solo se construye. Una pequeña mentira personal que ni siquiera te daña a ti. Te sientas y observas a ese ser tan frágil, tan bello, tan genial por no abrir la boca. Ese ser que no te cuestiona, solo te regala una imagen. Jamás va a criticar tu falta de tacto. Sus temas seran siempre los tuyos. Nunca vas a detestar su histeria. Te armas una vida a su lado, incluso llegas a casarte con ella, a tener hijos, a envejecer. Pero no les has dicho ni una triste palabra.
No te puedo hablar, no te puedo decir nada. No tengo tema. No soy de tu mundo. Tal vez me consideres un sicopata, un loco, un violador si te confieso lo que siento. Pero ya no importa. Estoy resignado a suspirar cuando vamos por Kennedy, cuando cruzamos el Hyatt juntos, Cuando el Marriot se eleva a lo lejos.
Un viejo amigo me decía que siempre las chicas de las cuales uno se enamora en una micro tienen un perfil parecido. Unos labios en silencio. Pequeños y dulces. Una mirada fija, un rostro que has visto en alguna parte pero no recuerdas donde, a veces leen, a veces se ven cansadas. Usan lentes. Son mayores. Son Menores. Son tu madre, tu novia, tu amiga y tu vida. Si les escuchas la voz te derrites. A veces van acompañadas de amigos (que por lo general son homosexuales, por que las chicas lindas siempre andan acompañadas por gays, que no las molestan como uno) a los cuales les cambiarias hasta de puesto (estado incluido) por conocerla, por saber que piensa, si te dirian "te quiero" por el celular, si le gustan tus discos, si te acompañaria al cine, si te daria un beso con sabor a Bowling y se tomaria una Coca-Cola a tu lado.
De un instante a otro un puente estaba sobre nosotros, estoy seguro que no te acuerdas. te levantaste y te acercaste lentamente a mi. Tocaste el timbre y te bajaste en Escuela Militar. Te habias ido para siempre, aunque jamás habias estado acá.

Verbo Nuevo Combatiente

El combatiente despierta cada mañana con un peso en el cuerpo que no puede describir.
Siente el sonido de una persiana subiendo y una voz lo levanta. El día comienza y tiene ganas de escupir.
Camina al baño y se saca la polera, el calzoncillo y los calcetines que lo cubrieron al pasar el frió de la noche, reuniéndose con las gotas de agua que caen desde la ducha. Empieza a abrir los ojos y recuerda a la mujer que ama. Se le quiebra el alma mientras mira la esponja y la espuma del Shampoo anticaspa que se va por el desagüe.
Enjuagado y entristecido, el joven combatiente se siente debil mientras se coloca el traje, pero no puede detenerse. Las voces le exigen apuro. Se hecha desodorante y se lava los dientes. Un café con leche y un pan con jamon le hacen sentir un poco mas vivo, mientras una pantalla le da el informe del tiempo. Vuelve el sabor a menta en su lengua.
Termina sentado, le entregan sus provisiones y sube al vehículo. Las calles se llenan de naves y la radio le informa la hora. Vuelve a sentir escalofríos…¿Dónde esta ahora? Siente dolor en el cuerpo, las noches que no ha dormido han agotado su sangre.
El joven combatiente observa su reloj y no sabe donde ir. De pronto entra en un salón. Comienza a anotar datos. Pobre guerrero solitario. Nadie compadece su pena. Debe hace andar la maquina, si no, se cae el sistema.



Diciembre

Acabo de ver el sol en retirada bajo la montaña. Avanzo por la ciudad en micro. Atravesando cientos de calles desde Escuela Militar al 23 de la Florida con el dulce sabor de los labios de mi chica rebotando en mis entrañas. Todo reunido en un nuevo y viejo fin de año.
Las primeras avenidas se ven modernas y lujosas. El Ritz-Carlton se empina elegante frente a los edificios de cristal. Me siento en el primer mundo, todos los jardines son preciosos y elegantes. Un Neón de Heineken ilumina mis pupilas. Suena con Repeat en mi subconciente “It´s My Life”. Un Cover de No Doubt. El aire cálido toma por completo el ambiente. La vida se vuelve un VideoClip de la MTV Brasil.
Cuando llego a Macul veo frente a los colegios fastuosos trajes de gala. No hay nada mas triste que el graciosito del curso vestido de hombre. No se ve elegante. No se ve adulto. Es como un acomodador de autos actuando de Yuppie en una teleserie del Siete. Una tienda de sillas de mimbre desvía mi mirada. Pareciera que nadie jamás ha entrado a ese lugar.
En una parada una pareja se abraza y llora. De fondo veo un asalto a una botillería.
La gente esta en silencio esperando nada. El olor a perfume viejo revuelve mi estomago. La municipalidad, los supermercados Líder y los restaurantes de Comida China adornan el paisaje desolado a medio iluminar, en esta tarde de reloj adelantado que abusa de si misma y de la luz artificial.
De pronto por la ventana se ve un carro nupcial. Blanco y con cinta parece un regalo de AFP. La novia sonríe y el chofer también. Ella conversa nerviosa, el le responde idioteces.
Las luces del Blockbuster me recuerdan a los multicines. Las publicidades de los paraderos me muestran esas cosas que jamás podré tener, pero aun no se por que me siento bien. Aunque el cielo azul se apague, aunque el olor a panadería me recuerde a casa.
Somos solo puntos en el universo viajando en una lata con ruedas.
A lento paso sigue su rumbo el micrero. Un piano suena de fondo. Una puerta se abre. Una vida se cierra. Una adolescente frente a mi sonríe de vez en cuando y devela que esta noche verá al “Bryan y al Jote” en la borrachera de turno. Mi ex colegio se empina. Frente a el, una estación de servicio. Está vacío. Como siempre.
Un viejo gimnasio abandonado con un parque mal mantenido de fondo y una publicidad de cerveza gigante pintada de blanco demarcan la frontera comunal.
Esto es La Florida. El lápiz con que escribo acaba su tinta.
La ciudad sigue su marcha. Las ferias libres preparan su jornada de mañana, un camión repleto de melones es la clara evidencia.
El zanjón de la aguada, los edificios color pastel, la cara de Sergio Lagos a tamaño industrial y una señora que ha rechazado cinco ofrecimientos de asiento incrementa mis dudas.
Una niña aplaude y canta en el paradero 14. Una gorda con un ying-yang tatuado en el brazo habla con su novio a mi lado.
Pasamos villas de casas fotocopiadas. Iguales una a la otra. La luz roja nos detiene mientras observo los infinitos focos de luz que indican el camino a casa. Me siento en una carretera interestelar viajando en una suerte de DeLorean amarillo.
Paso un colegio de potenciales delincuentes y observo con impunidad voyeurista la casa de una ex no-novia. Cuento los minutos. Mi sangre quiere salir de mí. Ansiedad. Quiero mi cama. Quiero un telefono. Quiero besos, Abrazos, Caricias, Televisión y un Yoghurt. Nada como volver a los nueve años.
Un Essomarket indica el tramo final. En un camión de completos emiten las noticias del 13 con rayas grisáceas. Veo un Pub; de esos que jamás creerías que son Pubs a las 4 de la tarde. Frente a el un perro orina.
De pronto el ultimo megamercado.. El arco de McDonalds me muestra la victoria. He llegado a casa. Pienso en mi, pienso en mi novia, pienso en la tele. Puedo mentirme y pensar en que todo esto solo Rock And Roll.




Año 22:07

¿Qué mierda hiciste anoche? Yo estuve peleando contra mi sombra junto a una mujer de 31 años. No te voy a contar como, ni cuando, ni por que. Es Domingo y siento angustia. Hace una semana no veo televisión. Esta mañana mis padres me escondieron los diarios y desconectaron los telefonos. Estoy viviendo Cien Años De Soledad, pero Macondo es de cuento y ya se hace realidad. No se que va a suceder con mi vida, no se que quieren de mí. Estaba todo tan bien hasta que me dí cuenta que prefería ser feliz. Que ya no necesitaba cuadernos, ni horas adentro de la carcel. Que todo puede esperar. Descubrí que el ser humano había inventado las monedas y las profesiones. Dios no podía estar detrás de la maquinaria.

- Tengo Que Volver a Casa –
- Esta es tu casa –

Almost Famous

Todo suena con un disco de fondo. Yo no necesito mas paredes. Mi padre creció y se olvido de su propia sangre. Yo no necesito depender de nadie, mas que de mi. Me van a odiar tanto. Necesito dejar de sentir el vacio, necesito dejar la zona cero. Prefiero sufrir que sentirme cansado y solo. Prefiero componer canciones, que tener que escribir poesías. Como me gustaría tener tu talento. Quisiera poder dejar de ver esas estupidas películas porno que pasan por el cable. Estoy en medio de mi mismo. Yo ya no se que hacer. Estoy en medio de la adolescencia, en una isla incomprensible. Todo ha tomado color dia nublado y lo que siento no es nada comparado con lo que vendra. Las calles se detienen mientras escucho la Radio.
Tener 17 años es estar entre dos existencias. Por tanto, al mismo tiempo, es no existir. No tengo nada que contar, no tengo nada con que sorprender. Las sensaciones, los horóscopos, las estrellas. Los miedos se fueron para transformarse en cuentos de Sábado en la noche.
Toda mi generación se droga, por que no tiene que relatarle a sus padres. Cuando les descubren la hierba, los acompañan a centros y ahí comienzan a hablarles. Los entienden y los vuelven a dejar. No debí haber nacido en estos días, donde las chicas cogen para lograr cosas. Mis abuelos visitaban putas, pero por lo menos eran honestos: no tenían por que sufrir por cosas como ser sensible, se mentían en grupo y jugaban a los machos.
Ya no aguanto mas esta sociedad, ni sus deseos de elevarse. No aguanto a las madres de mis amigas ni tampoco a los profesores de matematica. Ni siquiera puedo comprender por que estamos existimos, me da miedo morir e irme a negro, no existir nunca mas. Me da tanto pánico que me hayan dejado aquí para cumplir una misión y sentir que se me va de las manos. Me gustaría tanto que le dejaran de gustar las billeteras. Me encantaría que me eligiera a mí. Me encantaría tener una motocicleta y salir elevandome por las calles.
Me duelen las muelas y siento dolores en el pecho. Todas las enfermedades del mundo estan en mi cuerpo, yo tengo un cancer y aun no se donde esta.
Necesito ir al medico, pero nadie piensa que sea necesario realmente. Necesito inventar tantas cosas, necesito tener dinero. Necesito caminar y dejar de sudar. Necesito vestirme mejor y no pasar desapercibido en el Portal Lyon. Ellos tienen vidas. Yo tengo que escribirme una y escribir de las vidas de otros. Son las estupidas cosas de la vida. Apreto mis dientes y sigo escribiendo con tal de buscar una respuesta en esta noche. Estoy con un Pijama roto y sin zapatos. Si tengo que enumerar cosas he hecho el amor con una sola mujer y tengo una carie que no me deja dormir.
Odio la critica, por que no me deja descansar. Odio que detesten que camine por mi casa sin razón o que hable solo en la calle. Odio que lo destaquen, o que lo comenten. Me molesta que les moleste el hecho de que soy incapaz de quedarme tranquilo. Quiero ser otra persona, quiero que me hagan reir.
La adolescencia duele. Por eso adolecemos. Somos niños perdidos en trajes de colores, soportando el hecho de empujar todo esto y no saber para que. Nos gustan las películas por que son los mundos donde nos gustaria ir. A esta hora, muchos duermen con el aliento con sabor a cerveza. Por que ser joven es asi, es la noche, es la vida. Crecemos para madurar, pero cuando maduramos nos damos cuenta que los traumas nos pasan la boleta, y queremos que la juventud del resto se termine, por el bien de nuestro ego.
Hace pocos días me dejaron. Fue por telefono y por los mismos motivos por los cuales mi madre me grita de vez en cuando. Pensar en los demas no es rentable. Detesto que no me puedan gustar los temas de Arjona. Quizas me tomaría un café con el, aunque le pegue a la señora.
Esa es la principal razón por la cual escribo estas palabras que a nadie le importan mas a mí, la búsqueda de salir de la rabia, de dejar de combatir con el “¿Tienes algo que hacer?” que tanto duele en la boca de Papá. No Papá, no hay nada que hacer. Y mejor que así sea, por que ya no se puede ser libre de ser así. Por que así es la vida. Por que la gente crece y tiene que ser estúpida por un tiempo. Por que hay que fracasar. Por que tambien uno puede llorar por que le gusta una mujer o por que lo volvieron a dejar pese a que volvio a intentar todo. Por que uno puede perdonar que le sean infiel y que le prometan el mundo y se lo quiten 3 veces. Por que si quiero puedo ser un Host de televisión y no tengo por que soportar tus comentarios idiotas acerca de lo que se tiene que hacer. O lo que se debe escribir, o como se debe hablar. Eso es todo. Apartate.
Asi inventamos los odios, por que la selva nos cria y nos mata. Por que la pena nos delata con el tiempo y nos da lo mismo que todo se apague. El mundo cambió y cantamos canciones de amor para poder sentirnos bien. Mientras caminemos en nuestros pies. Me duele la espalda y no me importa que ya de la medianoche y aun no duerma para que mañana vuelva a aprender cosas que se van a demorar dos horas en volar de mi mente. De temas que no son parte de mí. Soy humano, es mejor que me maten que seguir viviendo así. Por que si hay que transformarse en lo que desea el resto, traten de transformarse en buenas personas. Me revienta que saquen el cable del Modem. Me siento un subnormal. Voy a dejar de mentir. Voy a decir la verdad. Así van a poder evitar que sea feliz. Por último es mas comodo. Por último es mejor. Recurriré a enviar cupones a la tele para volver a encarriarme en lo que la sociedad necesita: bobos que viajen en auto. Me voy a hechar gel en el pelo y escuchare música electronica. Ese es el próximo paso.

El Jardín Terrorista

Acabo de tener una visión terrible en medio de la clase. Vi escapar a mis compañeros de las salas, vi granadas caseras lanzadas por largos pasillos en las que antes desfilaban despreocupados inspectores con amplio tiempo libre y a los moviles de los noticieros vomitar rating. Me encontre triste y solo frente a los radiopatrullas, termine cayendo frente a los captores con un tiro en la sien adornado por un charco de sangre.
La sociedad, enferma, cansada, sobreestimulada, chillona , apagada y prendida te entrena para ser terrorista, para cambiar el aburrido orden, tal vez solo como un mecanismo frente a la estupidez de la gente, a la sacada de vuelta del trabajo, a mediocridad de cada día, al hecho de que realmente nadie vale la pena y que nada modificara el paisaje nublado que sale en nuestras ventanas. Al final, uno llega a cuestionarse ¿Quien nos dice que un disparo no podria alegrar el dia?,si ya probamos tantas mierdas buscando como escapar de las mismas mentiras: ¿porque no podemos encontrar la felicidad por metodos pocos convencionales si el convencionalismo nos lleno de odio?. Eso es lo unico que se aprende en la escuela. Estamos seguros que tan solo eso perdura en la memoria, lo demas solo son perdidas de tiempo.
En la tele vive gente feliz. ¿Por qué uno no puede serlo? ¿Qué tan lejos esta el modelo da de las series de carton piedra? La televisión le regalo una identidad a toda una generacion de niños sin personalidad y estos en su desesperación no se detuvieron en evaluar la calidad que se entregaba, tomaron sus puestos en sus vidas falsas y se camuflaron a la perfeccion, como si fueran miembros del reality show que observaban en la pantalla.
Lo mas lamentable de todo es que en el momento que decides alejarte del grupo de posibles victimas para que el odio que crece al interior, no se transforme en una pagina policial, un profesor continuamente intenta integrarte a ellos, casi como si te empujara hacia el abismo; Arma trabajos grupales sin sentido y te hace molestos test de personalidad que provocan el ansia de terminar todo con un disparo. Incluso con el hombre de blanco adelante.
Como adolescentes se nos exije ser inteligentes para acabar acompañando a un computador tonto en una oficina decadente. Al final para eso nos entrena el colegio, en su eterno esquema de repetición y reproducción retrasada que aleja la creatividad y la transforma en un odio que conlleva al conformismo y nos transforma en elementos peligrosos que quieren tomar el control en medio del caos ordenado. De la mentira imperante, de la casilla del nacer C2 y morir C2, de vivir en D y fallecer en D, de anular la evolución y transformar a los ojos del resto los deseos de avanzar en retroceso.
Por ello para la masa, la cultura es una cosa tonta, que no entiende, que la aburre. Por eso hay una búsqueda de parte de muchos jóvenes de defender la caca. Por eso “Mekano es pa´ distraerse”, “por eso Rojo “da oportunidades”, por eso muchos pendejos patean piedras vestidos con poleras del Colo-Colo en las poblaciones.
Al final al razonar encontraremos quizás el arma, ese es el problema del Anthrax, esta demasiado lejos de nuestras manos.

La Soledad Del Poder

Se hablaron en el pasillo y se miraron a los ojos. Se encontraban cansados los 5 jinetes de la abulia matinal, pero nada impedía el curso de sus deseos. Organizaron el plan y tomaron medidas. Castigaron a los prisioneros y les hicieron escuchar melodías muertas. Caminaron por las bermas y observaron en paso de los autos. Cuchichearon y se inventaron una vida para cada uno, jugaron a los enanos y escondieron sus traumas en sus trajes verde-lima.
De pronto oyeron a lo lejos la voz resistente de un noble herido, superviviente de la matanza de aquel día de Abril. Alienado y demente les grito desesperado:
- La soledad del poder
Es solo consecuencia
Del imperio de los mediocres.
Se visten de prepotencia,
Le sonríen al sistema
Bailan el ritmo que se les ponga
Y se creen inteligentes, solo por ser aburridos.
No tienen chispa, no tienen alma, no tienen corazón.
Jamás inventaron algo,
No aportan a la humanidad
Solo caminan tristes en salón, disfrutando de lo fácil que es creer
En algo en que nadie cree
Por que hay algo que es peor que el abuso ignorante:
Ser un histerico con aires de grandeza, y no asumirse como lo que son: unos gusanos.

Al escuchar la agonía, se sintieron asustados. Pero aquello no importaba. Se hicieron un chiste tonto, abrazaron los pilares y siguieron construyendo la obra que tenian en mente.
Los jinetes continuaron diseñando el lamento, encementando el desierto que armaban paso a paso.
Era una tarde soleada y nadie les hizo caso. Todos ignoraron a esos capataces de cartón.

El Inspector Esta Aburrido

El inspector esta aburrido, no tiene nada que hacer, tiene mucho tiempo libre. Con su cotona blanca y enojo eterno, camina por los pasillos sin tener que relatar. Se le acabo la pedagogía, se le quedo en la camisa que boto hace un par de años en un montón de ropa sucia.
Pequeño Sheriff de pueblo. Psicópata malparido. Inventando líos donde no hay lío. Molesto por algo que a nadie le molesta. Camina dando ordenes a las paredes. Los niños lo ignoran mientras juegan en el patio: “que se vaya a rellenar cuadritos y escribirle cartitas a nuestros apoderados. Pobrecito, necesita compañía.”
Le habla a los pasillos. Vigila las puertas. Es un loco en medio de la soledad. Es un tonto al cual le convienen los tontos. Total, hay que justificar la pega. Ni siquiera es el encargado del trabajo sucio. los que imponen el orden, los agentes del mal o los que juegan de mercenarios por lo menos algo de clase tienen, mal que mal parte de eso es esquivar la cárcel. Ellos, sin embargo, protegidos por las carpetas Buho, se sienten la ley donde todo es una ficción. Al final su existencia se transforma en un capitulo de serie. En un patético personaje de cuento. Cada vez que lo veamos, démosle limosna. Pero jamás le hagamos caso: por que ese tipo de gente no existe, y no se pueden seguir los designios del vacío.

La Navidad De Pablo

La mañana del 24 de Diciembre, Pablo Agustín Salas Aguilera despertaba en su cubrecama color azul, bañado por el reflejo de la luz en su ventana y el olor de un perfume femenino en el cuerpo. Se levantó de su lecho y abrió La puerta de lo que alguna vez fue la pieza de servicio, donde había descansado con la pantalla del computador prendido y que ahora servia como su habitación, su refugio secreto, su bunker alejado de la bulla de su madre, que se encontraba limpiando platos en la cocina.

Con 20 años no había nada que lamentar las primeras horas del día, su desayuno compuesto de galletas y leche con plátano, su ropa planchada y con olor a Soft, el Shampoo anticaspa de su ducha matinal, su cuerpo esbelto, sus maneras sueltas, su voz elevada, la vida por delante, y un par de ojos de niño perdido le otorgaban la ventaja de quien sabe ganar. Se colocó el Discman, sintió el aroma del Hillfiger en el cuerpo y pronuncio un “vuelvo” mientras su hermana pasaba la aspiradora por el departamento que daba a Plaza Italia. Exactamente hacia la estatua de O´Higgins y su caballo.

Cuando salio sintió un leve olor a gas en las escaleras polvorientas, despreocupado miro su reloj Swatch regalado por papá el Cumpleaños pasado y sacudió un poco su camisa negra Basement. Sonaba Placebo de fondo mientras el centro de la ciudad se tornaba gris por las nubes coquetas que abrían y cerraban el sol esa mañana. El puente Pío Nono, la facultad de Derecho de la Chile y el Parque Bustamante, saludaban sus pasos de niño de mundo.

De pronto, suspiro y se dio cuenta de lo que vendría: pensar en donde pasaría la navidad. Un debate de Papi y Mami. Un problema de padres separados. Luego se discutió el año nuevo, que de seguro iba a ser lejos de cualquiera de sus parientes. Luego de pasar por el Café Works, Coloco Stop en el disco que sonaba y miró si tenía alguna llamada perdida en su Móvil. Se detuvo un segundo, pero en realidad, nada importaba: “Hoy es Noche Buena y Mañana Navidad”, tarareo sonriendo, olvidando las penas.

En vista que no tenía nada que hacer, perdido frente a la Biblioteca Nacional, tomo el Celular y marcó el numero de Sandra Esa amiga de siempre, que no era tan bonita, que no tenía tanta plata, pero que vivía sola y le parecía terriblemente calentante para tirarsela. Esa idea de mujer madura de 20. Ese concepto de hacerlo con la vecina. Hace tiempo deseaba poseerla. En realidad, quería poseer a todas las mujeres que se le cruzaban y no le importaba nada: era un animal sexual, una bestia en la cama, un tipo deseado, todas querían pasar con el la noche; Según el, claro.

- Nos juntamos a las 13 en Las Rejas. Te Espero – Le susurro al teléfono.
- Te veo – Le respondió Sandra con la voz semiexitada. Era una “puta de mierda” como diría mi hermano.
Al llegar a la estación, entrecruzaron sus miradas y se abrazaron como nunca. Pablo en silencio observo sus pezones, que se encontraban duros. La cosa iba como estaba pactada con el infinito.
- A nadie le hace mal una cachita antes de la pascua – se dijo así mismo, sacando bien de adentro el alma C4 y dejando por el piso su concepto ABC1.

Se tomaron de la mano y subieron al departamento, donde encontraron el colchón en el piso. Se abalanzaron sobre el y sintieron sus sudores, sus olores y sus cuerpos. Se sacaron de encima los tejidos que llevaban y a piel descubierta comenzaron a tocarse. Anularon el frio jugando con sus brazos, mezclando sus piernas, mirándose a los ojos. Cuando llego el momento de comenzar a unir sus genitales, que esperaban pegarse en ese mundo monocromo y sin valores. En ese instante, Pablo decodifico en su cabeza.

- ¿Dónde Chuchas hay un Condon? –

Masturbada por nuestro amigo Pablo, Sandra lo miró algo descolocada. La bestia se alejo por el pasillo buscando su mochila, con una erección que rozaba el aire condimentado con olor a pitos apagados hace pocas horas. Desesperado y caliente, encontro el maldito bolsillo donde siempre guardaba los forros.
No encontró nada.

- ¿Lo podemos dejar para otro día?
- Andate a la chucha
- ¿Cómo que andate a la chucha, perra culia? – Retumbo la voz cantante de Pablo en el piso.

Pablo salio elevado por la rabia del edificio. Despertó a un mendigo que estaba a su lado con su paso acelerado. Detestaba a las mujeres de un momento a otro. Como si todas las del planeta lo hubieran rechazado. Eso le llevo a tomar por descuido la primera micro que encontró en su camino, de la cual se tuvo que bajar en una esquina cercana.

Apretando los dientes decidió retomar su camino lanzando las monedas dentro de un malogrado cobrador automático. Enfurecido tomo su discman, al sentar sus nalgas en el primer asiento y darse cuenta que había dejado los calzoncillos en ese departamento fetido a faso de tercera. En ese instante coloco un tema de Babasonicos. Respiro un segundo. Decidio volver a casa y tomar whiskey con valium para relajar su tension. Cruzo nuevamente la ciudad y volvio al Kilometro Cero de su vida: la puerta del edificio. Al tocar la puerta, donde solo se movían unas guirnaldas al hacer ruido hizo un rapido flash en medio de su agenda neuronal. Sintió la sombra helada de ese lugar, donde vivian jubilados y viudas solitarias. Link.

- Pablo, me voy al sur con tus hermanas, si quieres te vas conmigo –

Eran las 4 de la tarde. Llaves no habían. Regalos tampoco. Mamá no estaba. Estaba solo.
Decidio subir a la azotea del edificio a mirar su obsoleto mundo de edificios grises, al observar la ciudad escarbo en sus bolsillos y encontró 100 pesos. En aquel momento se encontro con el milagro: Papá, el gerente, el jefe, el amigo que lo hecho de casa, el conservador que engañaba a su segunda mujer y que le pegaba a su primera. Papá, con su terno en su oficina, con el logo de la compañía de fondo. Papá. Su Papá. Su unico Papá. El lo acogería, el lo abrazaría y le diría “feliz navidad”. Con la limpieza de fondo, con el acondicionado, con las luces preciosas, con la calidez de la madera fina, el arbol gigante, el Home Theater precioso y esa cocina de mármol que lo recibia de vez en cuando, con la nana de fondo sirviéndole un té. Solo subir por Plaza Italia y llegar al Condominio que quedaba cerca del estadio de la Catolica. Solo era subir calles y llegar. Solo era esperar en el camino el llamado al celular. Solo era sonreír. A el, nada le había pasado. Solo la vida le jugaba un mal rato.

Pablo decidió bajar feliz el edificio con la soltura que lo caracterizaba. Nada podía detener su tour feliz. Ya el rechazo había pasado, los sustos eran otros. Nada importaba. No había compromiso.

- Una de tantas perras que me puedo engrupir por Messenger – se dijo asi mismo.

En aquel instante bajo y camino frente al Parque Bustamante. La Telefónica, ese celular gigante, lo refugio entre sus barrotes. Las calles con nombres de curas, las iglesias escondidas, el Passapogga apagado en la calle del frente. Manuel Montt y sus restoranes. El Lider Vecino. La Cruz Verde. Los Cybercafes amarillentos que lo habían ayudado a ser feliz, a conectarse cuando en casa no habia conexión, ni plata para el pan.

Al pasar el edificio de la BBVA se encontró con un Mcdonalds. Solo le faltaban 150 pesos para el conito aliado, los cuales se lamento de no tener. Urgueteo en su mochila y solo encontro 20 pesos y un boleto escolar. La pena le embargo pero no evito su camino. Avanzo entre los Skaters, las vieja con bolsas saliendo de Almacenes Paris, la gente iba saliendo de sus trabajos mas temprano. Las micros se movian frente a el y se alejaban. Los niños tenian sonrisas pegadas. Los viejos pascueros sudaban en el tercer mundo.
Al llegar a la entrada a los Leones miro un teléfono publico y decidió darle el mejor uso: llamar a Papá y anunciar su llegada. Su celular había perdido todo monto. Pero iba camino al departamento comodo. A su casa de siempre.

Al meter la moneda marco los números. No le contestaron. Y tampoco le devolvieron la moneda. Un desastre.

Temblando decidio suspirar. Miro tiendas cafesosas donde vendian ropa interior y no encontró nada nuevo. Solo mujeres sonriendo. Vio un cine viejo donde emitian películas antiguas y sonrio. Un nuevo lugar para disfrutar el dinero y tener algo que contar en la Universidad. Asistía a una privada y estudiaba derecho. Pero no pescaba mucho, es mas, queria cambiarse lo antes posible. Queria mudarse a España. Queria dejar todo y emprender una aventura.

Cuando asustado se dio cuenta de no tener nada, penso en pedir. Aunque sea para la micro. Pero se miro en el reflejo de una vitrina de un minimarket y se dijo:

- pero no, mejor no. Si mi viejo supiera, me mata.

Vio el hotel Ritz y quiso quedarse alli. Era su lugar, era un elegido. Recordo videojuegos cuando lo observo. Quiso estar adentro. Descansar en sus salones. Siguió y observo como Sanhattan se elevaba a su lado. Volo con la mirada, todo era perfecto. Era un adelanto de una película de HBO con el como protagonista. Era la vida, era la muerte. No habia tiempo, no habia de que preocuparse. Era llegar donde papa y comer un delicioso pavo. De fondo estaba el Club De La Unión, sede El Golf. Sonrio al pensar que todo eso era suyo. Era solo ser feliz.

Cuando llego a la altura de escuela militar se sintio seguro y tranquilo. El Unimarc verde le indico donde estaba. Ya era eso de las 6 de la tarde del día de noche buena y decidio descansar en una plaza cercana. Observo desde ahí los colectivos cerca del metro. Escucho cantos de villancico de colegio caro. Se tiro al pasto y descanso un buen rato. Las pilas del Discman se iban agotando.

Todos los autos cruzaban su alrededor y se cuestiono no haber andado con el DVD de Alta Fidelidad en su bolso. Era su vida esa película. Aunque nada de eso habia sucedido nunca. En realidad, el basureaba a las chicas. Pero se consideraba un debil sensible. Amelie le habia encantado. Posteaba en foros de musica inglesa y se hacia famoso en el Under alternativo. Le hubiera gustado nacer en cualquier parte menos este paisucho. Amaba las fiestas electronicas. Era habitual de la Bondie. Como deseaba tener una tabla con Suchi cerca. Como tenia ganas de manejar el Audi de Papá. Necesitaba una inyeccion de gasolina. Necesitaba un poco de Beat, una dosis de pastillas, ese mundo prearmado. Esa felicidad de botella de Evian. El mundo es urbano. Su vida es la urbe. No tiene nada que hacer.

Cuando se levanto y continuo sus pasos la cordillera se veia blanca y perfecta. Topo las 8 en su celular cuando cruzo y llego al Apumanque. Miro a la gente fea esperando la micro frente al Lider. Nanas, guardias de seguridad, jardineros. Esa gente a la cual no saludaba cuando llegaba a casa. Todos morenos, todos transpirados por volver a casa. Se miro los zapatos. Era lindo, era educado, era el orgullo de mamá, tenia los gestos de Sergio Lagos y el cuerpo esbelto. Era tan especial para esa gente que no conoce a la gente especial. Su vocecita melosa, su triunfo sin luchar. Era un privilegiado. Era el privilegiado.

Cuando camino por entre las botillerías, ya era algo tarde y tenia un poco de frio. Solo deseaba llegar a la casa de su papá. Y le dieron las 9 de la noche. Le dolian los pies y andaba a paso lento. No se sentia bien. No recibio llamado alguno y comenzó a pensar que nadie lo queria. Que era un sobrante de una relación pasada. Que sus hermanastros eran mas queribles, y mas queridos. Todos los rollos del psiquiatra de un momento a otro se le vinieron encima y miro al suelo, triste. Se le cayo el mundo, se sintió destruido, acongojado y solo.Toda la belleza de su exterior era un pantano que se agrandaba exponencialmente adentro suyo. El desierto de Las Vegas se le vino a la cabeza sin saber por que.

De pronto, al mirar como regaba un vejete un jardin lujoso, se acerco y pidio agua y hora. Era tarde. Muy tarde. Y ya hacia frío. Creyó que todo iba a ser mas rapido. Pero el cansancio le iba ganando conforme avanzaba la hora. Y empezo a sentir alrededor el ambiente navideño, esa cosa de especial que llevaba en la sangre. Una navidad con Mickey, una navidad con Pablo. Quería al Oso Yogui cerca.
Cuando observo una casa de luces prendidas sonrió al darse cuenta del ambiente de hogar con el cual se conectaba. Se observaban Velas, comodidad, oración.

- Noche de paz, Noche de Amor… - Sonaba de fondo.

Buscaba alguna estrella que lo guiara en medio del frio que había caido. Cuando se dio cuenta que ya estaba mas cerca, el hambre se comia su estomago y tenia ganas de ir al baño. Observo la ultima botillería del camino y miro al dueño observaba un especial en la tele. Se metio al pasaje equivocado. Escuchó risas y llantos. Voces y rezos, altos y bajos. Retomo el camino al observar un servicentro color cromo. Los parques perfectos y el frio lo rodearon. Las casas de la gente bien iluminaron su sonrisa Pepsodent.

- Como me gusta la gente bien. La gente como uno, como la Francisca, como el René –

Pensó. Gente que se viste en Bennetton, el club de fanáticos de las camisas Zara. Tres viajes a Europa. Un paseo por Disney. Estudios en el extranjero. La gerencia del banco de Papá. La felicidad en lata. Respiro un poco de su olor a naftalina. Se pasó las manos por su perfecto cutis. Caminó 3 cuadras y encontro el edificio. Elevado y amarillo e iluminado por la estrella de David que en algún lugar del cielo estaba. Decidió ingresar. El hambre se lo comía. Abrio la puerta y se elevo por los pisos. Corria la medianoche y los aplausos, los gritos infantiles y los gracias lo rodeaban. El viejo pascuero habia llegado. Subio por una escalera de mármol. La calidez del hogar lo rellenaba por dentro. El amor rodeaba las paredes. Todos eran una familia. Esperaba encontrarse con el Home Theater, con su madrastra, sus medios hermanos y su padre. Sangre de su sangre. Hijo de su cuerpo. La esperanza, las luces. La Tranquilidad. La puerta.

- Papá, soy yo, tu hijo – gritó escuchando murmullos

El Nintendo, los discos pop, los regalos sin papel, los pequeños jugando en medio de la alegría. Pablo no encontraba respuestas en medio de la desesperación de no ser escuchado.

- Uds. Son los niños de mis ojos – dijo su padre, sin tenerlo cerca.

Siguió tocando e insistiendo, como si lo fueran a matar, pero sus golpes eran lejanos y cerrados. Imperceptibles en ese oasis de consumo color pastel.

-¡Papá, Fernanda, Antonia! – Elevó la voz desesperado, sin respuestas de por medio.

Nadie le abria y comenzo a haber frio. La pena lo rodeo. Su vida no era mas su vida. Descendio por donde ingresó y repleto de lamentos observo el pasillo de entrada. No era un hijo ni era nadie. Un miembro mas de la ciudad. Un mendigo, un niño rico. Sin afecto, sin abrazos, sin navidad. El milagro no llego y penso en las playas de viña. Deliro con una cama armada de pasto y hojas humedas. Durmió sobre su ilusión.
El llanto no le dejo abrir los ojos al otro día. No hubo milagro.

Solo una camisa Azulada que pasó a verde de rodar por las plantas tristes, perfectamente cortadas.

El Origen Del Universo

La sangre cultivaba trigos y pasto esa tarde de verano en el pequeño poblado de Villa Sol.

El hombre estaba sentado sobre su inconsciente esperando nada, cuando de pronto salio la mujer, bajando de una estrella y frotó su cuerpo liquido junto a su piel.

- ¿Qué sucede amado mío? ¿Qué no entiendes? –Le pregunto amada, cuando observo sus ojos dirigidos hacia el suelo.

- Sucede algo que aun no sucede – Le respondió amado, desnudo observando sus pies.

Se abrazaron y miraron la llegada de las nubes. Dejaron los baldes de bambú, que cada día traían desde el Río para lavar sus cuerpos en el piso de la pradera verdosa infinita. Tomaron un poco de memoria. Luego ella salio a buscar recuerdos.

De pronto, del algodón negro del cielo, broto leche sobre los campos. La lluvia mojo sus cuerpos y descubrieron los besos. Una casa derruida y gris, propia de una época que aun no llegaba, les llamo la atención. Era un buen refugio para secarse. Se tomaron de las manos, cruzaron su puerta roja y entraron al lugar.

Desde un vidrio quebrado miraron desde la casita.

Un camino de tierra, que aun seguía seco, tenia un par de huellas de elefante que se borraron de pronto con la caída de la leche. En ese mismo instante los amados juntaron su cuerpo y no se lo explicaron.
Hace poco conocían los ósculos, el dolor y la distancia. No entendieron que pasaba, cuando se frotaron y de miedo se abrazaron.

En ese instante el universo se empezó a ordenar. Las estrellas regresaron al infinito, el agua tomo cauces y se transformo en nieve. La sangre ingreso al cuerpo, la leche paso a ser cajas. Los árboles pasaron a ser muebles. Las piedras se volvieron cemento. La pradera ciudad, y el tiempo números reales.

Los amantes tomaron nombres y esa casa desapareció.

- Te llamo cuando llegue a la casa – Le susurró Graciela al oído entre las bestias de metal.
- Cuidate – Le dijo Fede al observar que se alejaba en la estación del metro.

Cuando se alejaron sintieron sus olores impregnados y miraron sus relojes.
Se enviaron un mensaje de texto. El teclado alfa numérico no falló esta vez.
“Quiero volver al origen del universo. Despues de todo, extraño tu estrella libre".

Nunca supo por que escribio eso, pero le sonaba a publicidad de telefono movil.

Volaron por las calles los deseos de partir de cero, confundidos por el brillo de unas pantallas de plasma en plena alameda.

Terminaba la jornada en esa jungla de cristal y carabineros detenía a 12 personas en una marcha antiglobalización. Corrian los vendedores de sopaipillas y hotdog mientras las ambulancias avanzaban.

Despues de esa tarde tono ocre no se vieron nunca mas.

Pequeña E Intimidatoria Introducción Para Comprender El Siguiente Programa

Un hombre pierde el sentido cuando el mundo toca fondo. En ese instante descubre que el afán de perdonar, si es mas fuerte que su cuerpo, puede llegar a ser tan poderoso, que anula valores y principios. Que se traiciona así mismo y se puede hacer daño en bien de ese don divino. En ese instante entra el conflicto de creer. Dios esta en los otros y esta en uno, pero ¿Qué sucede cuando al seguir sus designios nos sentimos aplatados por un pie virtual? ¿Cuándo no nos entienden y nos humillan? ¿Cuándo queremos confiar y nuestra disposición se va a cero?
La sensibilidad tiene una ventaja y un problema bastante serio: puedes observar lo que los otros no ven y a su vez, eres ciego frente a lo que los demas si se dan cuenta. Vives el ideal en medio de las ruinas. Construyes una casa entre un basural. Pero aun así, eres feliz. Quizas por eso he decidido buscar la forma de encuadernar todo esto y mostrarlo al planeta tierra, una buena forma de hacerlo es inventando un Show en el papel, de alguna u otra forma es hacer la “Gran Unamuno”: Inventar un genero para no ser criticado. Sin dudas una buena forma de defender la obra; Algo asi como el Electroclash: un desastre musical perteneciente a un genero, pero incomparable, por que no tiene precedentes.
Contare en las historias que vendran, vidas tan parecidas a la mía, que me puedo confundir. Tan similares que podre llorar en ellas. Pero tan disimiles a la vez que me ayudaran a mentir y a cuidar a quienes estan a mi lado, aunque sea en la distancia, aunque sea engañandose y no lo quieran. Dimension Auricular color mármol transparente, nadie podra comprender el mensaje a menos que busque la clave, en medio del cielo. Esa es la regla de este juego.
Hay que modificar los sentimientos para traspasarlos a papel. Solo merecen ser cambiados los que son correspondidos, por que aquellos son iluminadas con fuerza por luces desconocidas.

Nicolás Copano 2.10 PM. Abril 9.